Friedrich HölderliN
Alegres por el grato contemplar
caminamos sobre los verdes campos;
nuestro sacerdocio es la alegría,
nuestro templo la naturaleza;
que hoy ninguna mirada se enturbie,
que no haya preocupación en este mundo,
que gocen todos los seres del amor,
libres y alegres, como nosotros.
El amor trae a las jóvenes rosas
un amanecer de brisas sublimes,
enseña a saborear aires cálidos
en el aroma de las flores de mayo,
en torno a las estrellas de Orión
dirige a la tierra fiel;
y dócil a sus señales se deslizan
todas las corrientes hacia el ancho mar.
El amor enlaza las abruptas montañas
con los tranquilos valles,
alegra el sol ardiente
sobre el silencioso océano.
¡Mirad! Con la tierra se esposa
el gozo sagrado del cielo,
y bajo las sombras de la tempestad
tiembla extasiado el seno materno.
El amor discurre por los océanos,
se burla de la seca arena del desierto,
sangra junto a la bandera de la victoria
lanzando gritos de júbilo por la patria;
el amor destruye rocas
y crea paraísos:
sonriendo retorna la inocencia,
las primaveras florecen más divinas.
Poderosos gracias al amor
nos despojamos de las ataduras
y los ebrios espíritus se abandonan
a las estrellas, libres y grandiosos.
Con el juramento y el beso olvidamos
el cansino ritmo del tiempo
y el alma se vincula atrevida
a tu placer, infinitud.
caminamos sobre los verdes campos;
nuestro sacerdocio es la alegría,
nuestro templo la naturaleza;
que hoy ninguna mirada se enturbie,
que no haya preocupación en este mundo,
que gocen todos los seres del amor,
libres y alegres, como nosotros.
El amor trae a las jóvenes rosas
un amanecer de brisas sublimes,
enseña a saborear aires cálidos
en el aroma de las flores de mayo,
en torno a las estrellas de Orión
dirige a la tierra fiel;
y dócil a sus señales se deslizan
todas las corrientes hacia el ancho mar.
El amor enlaza las abruptas montañas
con los tranquilos valles,
alegra el sol ardiente
sobre el silencioso océano.
¡Mirad! Con la tierra se esposa
el gozo sagrado del cielo,
y bajo las sombras de la tempestad
tiembla extasiado el seno materno.
El amor discurre por los océanos,
se burla de la seca arena del desierto,
sangra junto a la bandera de la victoria
lanzando gritos de júbilo por la patria;
el amor destruye rocas
y crea paraísos:
sonriendo retorna la inocencia,
las primaveras florecen más divinas.
Poderosos gracias al amor
nos despojamos de las ataduras
y los ebrios espíritus se abandonan
a las estrellas, libres y grandiosos.
Con el juramento y el beso olvidamos
el cansino ritmo del tiempo
y el alma se vincula atrevida
a tu placer, infinitud.
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